El Fondo de la Cuestión.

– Siempre he pensado en lo difícil que puede resultar a veces llegar a un acuerdo entre dos posturas distintas.

Y no me refiero ya a asuntos públicos en dónde la democracia permite debatir y llegar a acuerdos.

Me refiero a la vida cotidiana en dónde las distintas posturas están adobadas con otros ingredientes que nada tienen que ver con el asunto.

Un ejemplo a la vista son la comunidades de vecinos.

Se puede discutir sobre ésta o aquella cuestión pero en el fondo laten otros asuntos como la mejor o peor situación social de cada vecino.

De si tiene mejor o peor coche, de si gana más o menos dinero y si es más o menos culto.

Y la cuestión que se discute sólo es la pantalla, la excusa y lo que realmente mueve la discusión son la mayor o menor envidia o rivalidad entre los vecinos.

Eso es una realidad y hay que vivir con ella si no queremos mantenernos al margen en nuestro mundo particular y no participar.

Vanidad.

-Sabes, lo que los humanos necesitamos para vivir satisfechos es que tengamos alimentada nuestra vanidad.

La vanidad es la madre de todos los males porque todos somos vanidosos y necesitamos presumir de nuestras virtudes.

Nuestra lucha despiadada por tener más poder e influencia la llevamos a cabo para alimentar nuestra vanidad.

Y somos así y no hay remedio.

Las disputas, los conflictos las guerras y los males de éste mundo tienen su base en nuestra vanidad.

¿Cómo podríamos alimentar nuestra vanidad sin que nos perjudique a todos?

Pues quizás deberíamos tomar consciencia de que somos valiosos, de que somos seres únicos.

Todos y cada uno de nosotros deberíamos tomar consciencia de nuestra valía de ése modo no tendríamos problema en aceptar la valía de los demás.

Quizás de ése modo acabaríamos con la envidia fuente de mucho mal.

De momento deberíamos saber que todo es vanidad y el mundo se mueve por ella.

Agradecido.

-Os he visto como os veo todos los días con vuestras actividades, con vuestras prisas en los transbordos y adivinando tras cada uno de vosotros una vida con sus problemas.

He podido ver que os esforzáis que las arrugas de vuestras caras reflejan sacrificios y esfuerzos para seguir adelante, por ayudar a los vuestros.

Os Quiero.

Necesito deciros que en el tiempo que llevo viviendo todos me habéis tratado bien.

Empezando por mis padres y hermanos siguiendo por los amigos, familia, compañeros de trabajo médicos enfermeras, todos todos me habéis tratado y cuidado bien de mi.

Ahora no sé cómo corresponderos.

Necesito devolveros vuestros buenos tratos y no sé cómo.

Sólo puedo devolver bien por bien sólo puedo hablar cosas de agradecimiento hacia todos los hermanos de especie con los que me he tropezado.

¿Qué puedo hacer para devolveros tanto bien?.

Trataré de pensarlo para hacerlo lo mejor que pueda.

El Crimen.

– La vida va transcurriendo a veces poco a poco casi sin darnos cuenta y otras rápida y veloz va sucediendo un hecho a otro y no nos da tiempo a asimilarlos.

Yo quisiera creer que realmente no eres consciente o trato de justificar de alguna manera algo que en el fondo no tiene justificación.

Y me digo, es que ella provoca de forma desmesurada y ante ése ataque es muy fácil perder la cabeza.

Y lo pensaba cuando tus amenazas quedaban sólo en eso en amagos que no llevabas a término.

Trataba de pensar que siempre quedaría en amagos.

Y hablaba contigo y trataba de serenar tu espíritu y te aconsejaba que mejor te alejaras que abandonaras una convivencia que no podía terminar bien.

Yo os conocía a los dos y os quería a los dos, lástima que en los últimos tiempos habíais creado un infierno espeso entre vosotros que era mejor arreglar con el alejamiento y eso os lo hice ver.

Ahora estoy aquí ante el cadáver de ella, no pudiste dominarte y ahora deberás pagar durante toda tu vida éste abominable crimen.

De Hijos y Padres.

-Cuando éramos niños veíamos a nuestros abuelos mayores y nos parecía que nunca llegaríamos nosotros a sus edades porque el tiempo lo medíamos de otro modo y porque éramos niños.

Pasó el tiempo y nuestros abuelos ya no están y son nuestros padres los que han ocupado su lugar, ahora los mayores son nuestros padres y nosotros comprendemos ya perfectamente que detrás de ellos nosotros ocuparemos su lugar.

Y nos desesperamos porque nuestros padres eran perfectos y ahora poco a poco van perdiendo su perfección y notamos que nos necesitan y vemos que cada día son más niños que cada día están más indefensos.

Y nos rebelamos y nos preguntamos cómo el hacedor de todo cometió tantos fallos y en ocasiones nos decimos ¿Cómo pudo hacer el mundo tan mal?.

Yo no me lo pregunto porque me da igual si hay o no hay hacedor del mundo me lo bebo como es y trato de sacar fuerzas de dentro de mí porque me va a dar igual creer una cosa u otra.

Veo la mirada inteligente de mi anciano padre y sé que llega lejos muy lejos más allá de dónde le acompaña su deteriorado cuerpo.

Y sólo estoy seguro de una cosa, de que necesito su bendición, no puede haber nada más nefasto para un hombre que la maldición de su padre.

Pero no queda ahí la cosa, la cuestión va más lejos porque un buen padre tiene nuestro amor.

Y el amor mueve el mundo y vive para siempre en el corazón y ya nunca nos abandonará ni siquiera cuando nosotros seamos ancianos y nos acordemos de cuando nuestro padre lo fue y nos comprendió caminando un pasito por delante de nosotros.