-Siempre he procurado ser razonable en mi relación con los demás y ponerme siempre en el lugar del otro para entender su punto de vista y en correspondencia la vida me trató bien.
Pero he llegado a comprender que a veces no basta con eso porque tampoco es cosa buena ser demasiado razonable y comprensivo .
He entendido que no puedes llevarte bien con todo el mundo porque en las relaciones humanas a veces hay caracteres que no pueden llevarse bien aunque no tengan ningún problema concreto, simplemente no se caen bien y en ésos casos es mejor tener poco contacto .
Comprendo las debilidades humanas y acepto que somos frágiles.
Pero lo que nunca aceptaré es al que desprecia a los débiles desde su abundancia y los explota y maltrata en su propio beneficio.
Tampoco podré perdonar al que desde un puesto de poder emplea la fuerza para imponer sus ideas llenando de sangre las calles de los que piensan distinto de él.
Hay cosas que no se pueden perdonar y contra las que la sangre puede hervir con el peligro de utilizar el «ojo por ojo y diente por diente» tan antiguo como la humanidad.
A veces tengo la tentación de viajar muy lejos y esconderme lejos de los hombres y no tener noticias de ellos, porque los hombres son demasiado violentos.