-Sabemos como funciona la vida, primero somos niños y nos vamos formando con lo que vemos dentro de la familia.
Luego somos jóvenes llenos de ilusión por cambiar y mejorar el mundo y tratamos de hacer realidad o poner las bases de ése cambio.
Luego van pasando los años y vamos viendo más claro la natural naturaleza humana, vemos más claramente que existe lo feo y lo malo.
Luego el mundo, para los que consiguen entenderlo y asimilarlo, se convierte en un lugar en dónde debemos aprender a sobrevivir a mantenernos en pie y tratar de comprender a los otros.
Es cuando el círculo de nuestros afectos y amores se estrecha y podemos contar uno a uno a los seres queridos.
Y salimos a la arena del circo de la vida armados con espada y escudo aunque ésa espada y ése escudo sólo los utilicemos para defendernos.
Luego nuestro ideario y nuestras ilusiones de juventud se marchitan bajo la maldad y desconfianza que la vida ha ido acumulando sobre nosotros.
Y poco a poco vamos inclinando nuestra espalda ante los escombros acumulados por la realidad sobre nosotros.
Y llega un momento que necesitamos bastón y es en ése momento cuando nuestra mirada se convierte en benévola porque lo entendemos todo.
Y cuando comenzamos a entender, nuestro cuerpo está ya demasiado deteriorado.
Entendemos ése deterioro y es cuando nos dedicamos a esperar la muerte.