-¿ Acaso piensas que no voy a oponer resistencia?¿ crees que me voy a rendir fácilmente?, pues no, llevo demasiado tiempo aferrado a ésta vida como para marcharme al primer síntoma.
Ya sé que estoy en el límite de lo normal.
Ya sé que pasar éste límite va siendo cada vez más difícil, pero debes saber que la vida tiende a la vida y resistiré.
No conoces bien a los humanos y te crees infalible y que puedes llevarte al que eliges sin ninguna dificultad, pero has de saber que quizás somos nosotros los que elegimos cuándo marcharnos y tú simplemente eres una recogedora de almas.
Permíteme darte un consejo, en mi caso has de tener paciencia porque yo elegiré cuando estoy cansado de vivir.
Aléjate, visita otros lugares, seguro que tienes faena, porque yo tengo algo que hacer antes de marcharme.
Pero tampoco tardes demasiado porque cuando haga las paces con todos mis enemigos ya nada me quedará por hacer y entonces te acompañaré gustoso.
Sabes, ya no queda nadie de mi época, todos te los llevaste y no me gusta estar sólo, además nadie es eterno.
Por eso, ahora márchate, yo haré las paces con el mundo y los hombres y mujeres que lo habitan y entonces te seguiré.
Muerte te confieso que nunca llegué a pensar que serías para mí un lugar cálido y mullido dónde descansar.