Me llamas y me cuentas tus cosas, tus desesperaciones, tu vida, y me transporto a tiempos pasados en donde todos estábamos perdidos en una jungla de negruras y monstruos ocultos que sólo dejaban ver su fealdad en la soledad oscura de nuestro más profundo ser.
Me llamas y me agrada de que aún recuerdes mi número pero me angustia tu estado y me preocupa y sufro.
Han pasado tantos años que incluso tengo dificultades para ponerte cara, nuestra memoria dañada por los electroshock no nos sirve de mucho y debemos vivir al día y oigo tu voz que resbala bajo el efecto del medicamento y me cuentas de tu preferido ése que te proporciona el sueño, pero no me hablas de los demás esos que duermen tu cerebro disminuyendo tu percepción y dejándote a medio relentí cuando necesitarías todo tu motor para analizar, para meditar, para poder desescombrar tu espíritu y desenterrar de las profundidades tus sentimientos ocultos bajo escombros de tu terremoto particular.
Me llamas y me transportas a otros tiempos a otro mundo de oscuridad en donde como sombras andantes nos reuníamos todos en aquella habitación y tratábamos de encontrar algo de calor en ése mundo tan frío que con sólo recordarlo tengo que abrigarme bajo una manta.
Me llamas y te comprendo y quiero ayudarte pero todo es demasiado complicado y yo mismo aún estoy en el camino y apenas soporto mi propio peso, pero amiga cuenta conmigo porque sólo puede haber salvación si es con todos.