-Hoy treinta de noviembre es un triste aniversario.
A veces en éste mundo nos encontramos con personas como el Padre José sacerdote destinado a Villanueva de Ávila a sus veinticinco años.
-Éste sacerdote dedicó su ministerio a ayudar a las gentes de los distintos barrios repartidos por la sierra y que carecían casi de todo, sus vidas consistían en el duro trabajo diario.
El Padre José se puso manos a la obra, en la construcción de la iglesia, en la creación de una cooperativa, en la atención de las escuelas para los niños a los que procuró que no les faltara una comida antes de partir a sus alejadas casas.
Estaba dispuesto para ayudar a cualquier hora y en cualquier circunstancia.
Éste hombre nos habla de la verdadera Iglesia, de la Iglesia Social, de la que se preocupa de las necesidades de las personas para ayudar y servir sin escatimar esfuerzos y dedicación.
Ejemplos como éste hacen crecer la Fé, porque hombres así son un privilegio conocerlos.
El 30 de Noviembre de 1961 en un viaje para aprovisionar de aceite su Cooperativa el mal tiempo y el hielo propició que el coche en el que viajaba se precipitara por el puente de la Cañada en la carretera de Navarrevisca causando su muerte.
Tenia treinta y tres años.
Los años que pasó en su servicio dejaron huella en Villanueva de Ávila y nos dicen que hombres como José Robles Fernández dejan una huella imborrable que perdura con el paso de los años.
Hoy se cumplen cincuenta y dos años de su muerte.