Vengo de un mundo oscuro
Un mundo donde habitan los fantasmas y los monstruos
Un mundo donde vive el miedo.
De repente me abrieron un camino
Y comencé a recorrerlo
Las décadas son como años
Y la vida corre
El tiempo pasa
Pero la libertad crece poco a poco como una frágil planta que hay que proteger.
El terror y la oscuridad profunda se va alejando pero la lucha sigue.
Es una lucha eterna
Y la recompensa está en ésa pequeña libertad que crece y crece poco a poco
A ritmo lento pero seguro.
La libertad es una meta
Una meta al final del camino
Recorramos el camino
Merece la pena.
La libertad Joaquín sea del aspecto que sea, no tiene precio,reconforta y alivia considerablemente, hay que luchar y trabajar sobre ella.Un beso
Tienes razón Mercedes, gracias por tu comentario querida amiga.
Un beso 🙂 .