-Sabes que los demonios habitan dentro de nosotros con vida propia, nos causan los malos pensamientos, agudizan nuestros odios y desatando las pasiones nos lanzan contra el prójimo sea amigo o enemigo.
-Compañero yo en mi humilde conocimiento sólo puedo compartir lo de causar daño al prójimo pero no puedo compartir lo de los demonios con vida propia, porque resulta muy fácil para nosotros pobres mortales culpar a otros seres de nuestros propios malos actos.
-Dime ¿es posible el arrepentimiento? ¿es posible obtener el perdón por un mal acto? y ¿a dónde debo dirigirme para conseguir redimirme de mis pecados causados contra otros hermanos?..
-A ésos otros hermanos y a ti mismo, a veces el que ha sufrido tu ataque y ha sido víctima del dolor que le has causado podría decirte: yo te perdono el daño que me has hecho pero ¿Cómo podré perdonarte el daño que te has hecho a ti mismo?……….y entonces comprendemos el peligro del mal causado.
-En éstos momentos sufro por un mal acto cometido y soy yo mismo el que me pregunto ¿cómo podré perdonármelo? ¿Como podré digerirlo y ser el de antes? y no encuentro la respuesta.
-Somos seres limitados y no somos sabios por eso en éstos casos hemos acudido a la oración y a Dios.
-Ya, pero a mi Dios no me sirve.
-Entonces aun lo tienes más complicado.
-Pero si lo supero será un acto más noble y valeroso.
-El hombre aspira a la libertad.
-No puede el hombre ser esclavo de viejos Dioses.
-Tranquilo no vaya a ser que por huir de un viejo Dios vayas a caer en manos de un joven Demonio.
-Maestro ¿merece la pena vivir?.
-Eso debes respondértelo tu.