La Distancia.

Estoy aquí con la mirada perdida en el infinito, en ésa linea azul donde cielo y mar se juntan, y trato de mirar más allá pero no puedo, me dijeron que era porque la tierra es redonda y por éso no podemos llegar más allá.

Miro mi brújula y me dice que tú estas detrás, más allá, que tu barco cruzó éste inmenso océano y ahora vives en otro lugar, demasiado lejos, demasiado diferente.

Y hago mis cálculos, y cuando pasen los suficientes años yo podré marchar y cruzar el océano y llegar donde estás, y entonces todo volverá a ser como ha sido, y estaremos nuevamente juntos y lo compartiremos todo.

Sabes, fue muy dura la despedida porque al día siguiente tú ya no estabas, y yo me quede solo, tremendamente sólo y no supe que hacer.

Abandonaba las clases y me perdía por las calles, quizás buscándote o tratando de huir de la monotonía de una vida sin ti.

Ahora cuento los años que me faltan para ser libre, para ser adulto y correr tras de ti, pero me detengo y me pregunto ¿ella me espera? porque han pasado varios años en los que no sé nada de ti, no tengo noticias, tu dirección ya no me sirve porque no contestas mis cartas.

¿Acaso has cambiado de lugar de residencia?, es igual, yo iré a la dirección que tengo y seguiré tus pasos, porque aquí no tengo nada que me retenga y sin embargo tú lo eres todo para mí.

Mira, en éstos últimos años han habido cambios, ahora vivo en un hospital y me tratan muy bien, pero no voy a poder salir de momento, vivo con otros niños como yo y nos animamos unos a otros, ya no quiero que vengas a verme porque estoy muy feo, me he quedado sin pelo y mis labios son azules, pero quiero que sepas que sigo pensando en ti, lo único que ahora me canso más.

Quiero que sepas que cuando me recupere iré a buscarte y si no me recupero quiero que me recuerdes como era cuando tú estabas aquí.

El Hijo.

-Ya se que no soy perfecto y que mi vida está llena de errores, pero nunca quise tu mal, más bien siempre traté de que tuvieras todo lo que necesitabas y por ello me esforcé.

Ahora y cuando ya me encuentro en una edad avanzada tú me reprochas todo lo que no hice, y me acusas de cosas que nunca me plantee y me culpas de todas tus carencias como si yo fuera responsable de tus fracasos.

Debes saber que tú siempre estuviste por debajo de tus hermanos, en capacidad y en personalidad, no pudiste conseguir su nivel cultural porque eras como eras, pero no me puedes culpar a mi de tus propias carencias.

Los padres no traemos al mundo hijos pensando en que serán infelices, lo hacemos lo mejor que podemos y yo a ti siempre te di lo mismo que a tus hermanos, y ahora quieres hacerme responsable de tu propia incapacidad.

Debes saber que tu fracaso me escupe a la cara mi propio fracaso como padre, y no creas que no sufro por ello y tampoco te culpo a ti, la vida a veces es así.

Ahora amargas mi vejez, debe ser parte de mi deuda con la vida, y lo siento por mi y por ti, porque no creas que te va a ser fácil dominar tu conciencia cuando yo muera.

Los niños actúan como niños, pero cuando crecen van tomando costumbres de adultos, tú eres un niño inconsciente pero con edad de adulto, y descargas sobre mí tu carga con la intención de hacerme el máximo daño posible, y lo haces ahora que he perdido a tu madre, lo que te convierte en un ser pequeño y malvado.

Sé que deseas mi muerte, con los ojos puestos en mis ahorros, y te corre prisa que muera, pero quizás te equivocas en algo que no ves ¿quién se preocupará por ti cuando yo no esté?.

Y me preocupa más tu incapacidad de plantearte ésa pregunta que la posible respuesta que des.

Hijo, yo moriré, pero tú llevas muerto demasiado tiempo como para poder vivir.

La Despedida.

Sabes, estar sólo tiene sus ventajas, no te puedes quejar a nadie y por lo tanto das menos vueltas a tus problemas, por simple supervivencia, porque de nada sirve repetirte lo que ya conoces.

Ahora si te tuviera aquí conmigo ni siquiera necesitaría hablarte de lo que me preocupa, porque tú me preguntarías antes de que yo hablara y tocarias la fibra sensible y me acompañarias con tú cálida voz.

Ahora, ya no estás, y siempre me he preguntado el porque no me fui yo antes.

Yo sé que ésto pasa a todos los viudos, los médicos en nuestras fichas junto a nuestra edad añaden el estado de viudo, como aviso de que ése anciano además ha perdido su compañía de tantos años.

Es lo normal, somos así, tan semejantes unos a otros.

Nuestros hijos tienen su vida, ellos te lloraron mucho y se han portado bien conmigo, pero al final, cuando llega la noche yo estoy sólo y te recuerdo, porque debes saber que la cama está muy fría sin tu compañía.

A veces me despierto diciéndote algo, luego cuando no contestas me doy cuenta de que no estás, y lo peor de todo, nunca estarás.

Sabes que no soy llorón y que siempre afronte los problemas con ánimo y determinación, pero éste no es un problema, ésto es diferente, la casa sola me habla de recuerdos que habitan conmigo, y ya sólo pido dejar éste mundo porque lo que me espera es deterioro físico y psíquico, llegará un momento en el que ya no podré estar sólo y me tendrán que atender, como a los niños pequeños, ¿sabes lo que significa éso?.

Querida mia, lo que resta de tiempo, de mi tiempo no me atrae, ¿lo comprendes verdad?, no podría soportar lo que me espera.

He vivido mi vida plenamente y ahora en el ocaso no quiero convertirme en una piltrafa, en una sombra de carne y huesos, sin movimiento sin recuerdos sin habla.

Hoy no amaneceré, pero el Sol saldrá, y la vida seguirá igual que siempre.

Palabras para Júlia.

Hola Júlia, todavía no estás, pero ya sabemos que vienes, nosotros los humanos tenemos máquinas que nos permiten ver dentro de nuestros cuerpos y ya te hemos visto en el seno de tu madre.

No se lo digas a nadie pero tu madre se llama Marta.

También sabemos ya, que eres una niña, debes saber que los humanos nos dividimos en dos grupos, niños y niñas y ésa división hace la vida más agradable y nos permite mayores satisfacciones.

Vas a llegar en un momento en el que nos rodea una crisis económica, pero no te preocupes, de momento tu presencia nos permitirá olvidarnos de otros problemas y además la presencia de una niña siempre es buena para todos los que te rodeamos.

Pronto empezarás a sonreír y veras acercarse a ti caras de adultos haciendo gestos raros y diciendo tonterías, tú tranquila míranos y no nos hagas caso, tú al principio sólo sonríe.

Durante unos años oirás comentarios de los mayores como éstos : «Que guapa es ésta niña», «hay que ver lo lista que es», «no sabes lo que hizo el otro día», y tus abuelos dirán cosas parecidas a «Ésta niña hace cosas que nunca hemos visto en ningún niño, es especial», tú tranquila. ésto es lo normal, tú oye y calla, ten en cuenta que tus abuelos verán cualidades en ti que no fueron capaces de ver en sus hijos y te verán como una superdotada.

Pasará el tiempo querida Júlia y poco a poco los mayores dejaran de hacer gestos raros delante de ti y sus comentarios irán suavizándose.

Tú lo verás todos distinto y ya podrás hablarles de tú a tú y escucharás cómo te transmiten sus opiniones, opiniones que les ha costado años formarse y te repetirán continuamente, tú oye y con habilidad y poco a poco debes trasmitirles cómo ves tu los asuntos cotidianos, porque observaras que sus mentes están atadas a costumbres difíciles de abandonar para ellos.

Trata con cariño a tus padres y abuelos, los pobres ya son mayores y debes procurar no herir su sensibilidad, de ése modo los tendrás contentos y te permitirán hacer lo que deseas con mayor facilidad.

No olvides que existe el mal, pero no te obsesiones con ello, guiate siempre de tu corazón y de ése modo serás feliz.

Acuérdate de cuando seas mayor dedicarme unas lineas, éso me hará muy feliz en mi vejez y besaré tú rostro con enorme cariño.

Querida Júlia te beso con verdadero amor, lo mismo que hago con tu madre, mi querida Marta y tú padre mi querido Jose.

Amor, siempre siempre me tendrás a tu disposición, debes saber que te espero con deseo y admiración, querida.