La Cita.

-«Doctora, ¿Cuántos miligramos de medicación necesito para combatir mis pensamientos?. siempre he tenido éste defecto y en muchas ocasiones he sucumbido a su poderosa influencia, ¿Cuántos miligramos necesito para cambiar?».

-Hola buenos días, cuéntame ¿cómo te encuentras?.

-«Si yo le contara Doctora lo que pasa por mi mente, si yo le pudiera hablar de mis sentimientos». Bien doctora me encuentro bien.

-Me alegro, ¿duermes bien?.

-Sí Doctora duermo bien.

-Parece que dudas sobre tu descanso ¿hay algo que te preocupa?.

-«No puedo decírselo doctora, debe comprender que ése será mi secreto». No, no me preocupa nada.

-¿Qué pensamientos raros has tenido en éstos últimos meses?, debes contármelos para poder combatirlos adecuadamente.

-«Doctora yo la amo, si le dijera eso ¿cómo combatiría mi pensamiento?¿no es el enamoramiento una alteración psíquica?,¿cuantos miligramos necesitaría mi cuerpo para combatir algo tan grande?». No he tenido pensamientos raros Doctora.

-Me alegra, eso quiere decir que estamos en el buen camino.

-Sí, seguro que si doctora.

-Bueno, pues vamos a seguir con las mismas dosis y te veo en tres meses.

-¿Tanto tiempo sin verla Doctora?.

-¿Por qué lo dices?.

-No, por nada.

-Sí, es el tiempo adecuado.

-Está bien doctora como usted diga.

-Cuídate, la secretaria te dará la cita.

-Adiós Doctora.

-Adiós.

22 comentarios en “La Cita.

  1. PUEDE OCURRIR, POR QUE NO? LA VIDA ES ASIY EL ALMA DE CADA PERSONA ES SUYA Y SOBRE LOS SENTIMIENTOS NO SE PUEDE MANDAR, ELÑ PROBLE MA ESTA TAMBIEN EN LOS DEMAS QUE NO SE ENTERAN O NO SE QUIEREN ENTERAR, SON BUENAS REFELXIONES UN FUERTE ABRAZO JOAQUIN

  2. Es que hay doctoras y doctoras. Unas necesitan aplicar toda la ciencia para poder dar con la solucion. Otras solo con mirarlas te sientes curado.

    Un abrazo muy fuerte.

  3. Creo que más que amor siente el apoyo que le brinda la médica. A ella por su profesión le está vedado todo contacto con su paciente.
    Un abrazo.
    Hasta pronto.

  4. El alumn@ que se enamora de su profesor(a), el paciente de su doctor, el penitente de su confesor…han pasado de ser casos patológicos, propios de ser contados en las antiguas novelas, a estar a la orden del día. No te preocupes, Joaquín: no es nada grave!

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