El bueno y el auténtico.

¿ Que pasa no te atreves a decir lo que piensas? ¿ prefieres callártelo hasta que pase tu mal estado? ¿y tú te llamas bueno?, yo creo que no eres bueno, más bien eres hipócrita pues callas y ocultas tus verdaderos pensamientos y te muestras siempre amable falseando tus intenciones.

Por éso quizás prefiera al que sinceramente dice lo que piensa y se atreve a manifestar sus verdaderas intenciones, porque ésa forma de ser facilita el desahogo y genera salud en todas direcciones, y es más natural y auténtica.

Tu bondad no me gusta porque oculta tus verdaderos pensamientos y tus verdaderas intenciones, ahora sé que no sientes cariño por nadie, que sólo piensas en ti y tachas de vulgar lo que es sincero, por éso no me gustas, no eres sano y afectivamente eres un reprimido.

Por éso al juzgar a las personas hay que distinguir entre el bueno que te aprecia y te dice lo que realmente piensa sobre ti y tus asuntos, y el que sólo te alaba y te miente ocultando sus verdaderos pensamientos.

Lo bueno y lo auténtico se superponen y mezclan haciéndonos seres complicados, y lo que debemos saber distinguir es la verdad en la palabra y en la intención.

Querido amigo juzga ésa crítica y juzgala bien porque en ello te van muchas cosas, yo prefiero lo auténtico, aunque lo ideal seria escuchar cosas auténticas salidas de la boca de una persona buena.

10 comentarios en “El bueno y el auténtico.

  1. Esta reflexión, es casi una respuesta a mi contestación anterior y me ha encantado.
    La hipocresía es, para mí, uno de los peores sentimientos del ser humano.
    Si auténtica es la persona que va diciendo sus verdades a diestro y siniestro, es un peligro para él y los demás.
    Lo ideal sería, como tú bien dices, escuchar cosas auténticas salidas de la boca de una persona buena.
    Creo, que estamos de acuerdo.
    Un fuerte abrazo Joaquín.

  2. TOTALMENTE DE ACUERDO CON ESTA FILISOFIA, LA GENTE NO ENSEÑA SU VERDADERA CARA, ALGUNOS, PARA CONSEGUIR SUS FINES Y DESPUES CONTINUAN HACIENDO TODO EL MAL QUE PUEDEN, HAY QUE SER TRANSPARENTER, MUY TRANSPARENTE, RECIBE UN FUERTE ABAZO

  3. En general, solemos decir que preferimos la verdad a la adulación, pero cuando aquélla viene, especialmente si es dolorosa ( y suele serlo), matamos al mensajero, de ahí que la experiencia nos lleve, en ocasiones, a «reprimir» lo que de veras pensamos. En mi caso, suelo opinar si me preguntan; de lo contrario, prefiero callar y no por cobardía sino por respeto hacia el que tengo al lado. Es mejor que uno vea las cosas por sí mismo; de lo contrario, puede sentirse violentado. Eso sí: se pueden dar indicios, pero siempre con amor porque se trata, nada menos, que de la vida del otro, que es, como mínimo, tan importante como la nuestra.

    Creo, sinceramente, que todos, en mayor o menor medida, somos hipócritas.

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