La Búsqueda.

-Hermanos creédme, he buscado a Dios y no lo he encontrado, también busqué a Satanás y tampoco lo encontré, traté de entender el mundo y sus misterios y no pude, soy demasiado limitado, y me refugié dentro de mí, y busqué en mi interior y ví de todo.

La aventura de navegar por el interior de nuestro cerebro nos lleva a encontrar el lugar dónde habita nuestro espíritu, y creédme tiene lugares oscuros, lugares que producen pavor, hay sitios en nuestras profundidades en dónde nunca llegó la luz y dan miedo, más que miedo, terror.

Pero escuchad, también en nuestro interior hay luz y cosas bellas, cosas que llenan de esperanza, por que tanto la luz como la oscuridad habitan en nuestro interior

También miré al cielo, a las estrellas y a los planetas y me dije ¿realmente estamos sólos?, y nuevamente me tropecé con nuestros límites, porque somos seres limitados.

Pero encontré una respuesta, sólo una, pero para mí muy importante, hermanos no estamos sólos porque nos tenemos unos a otros, todos los humanos nos hacemos compañía, pero debemos conocer nuestro interior.

¿Recordáis?, nuestros antepasados nos hicieron una recomendación, nos dijeron, ¡conócete a tí mismo!, y es un buén consejo, porque si nos conocemos a nosotros mismos, sabremos mucho más de los demás, de los otros humanos.

Yo hermanos, sólo creo en una religión, la que me habla de los dioses que habitan la Tierra, yo tengo como mis Dioses a todos los humanos y su Templo Sagrado es la Tierra.

Creédme, no hay otros Dioses en la Tierra sólo los Humanos.