La vida podemos tomarla de muchas formas.
Tomarla a la tremenda será posiblemente la peor.
Tampoco podemos no dar importancia a nada porque hay cosas que tienen mucha importancia.
Quizás no sea mala opción tomar la vida como una competición deportiva.
Y aceptar las derrotas.
Y celebrar los triunfos.
Y todo deportivamente sin rencores sin envidias y sin odios.
Pienso que debemos cultivar el espíritu deportivo y adaptarlo a nuestra vida real.