Estabas rebasado por la tristeza.
Habías decidido despedirte de éste mundo.
Te sentías sólo y desesperado.
Ni por un momento pensaste en mí.
Te conocí ésa misma tarde
Y te abrí un hueco en mi corazón.
No sabia de tus ocultos pensamientos.
No sabia que ésa misma noche habías planeado tu muerte tu suicidio.
Yo fuí a tu casa.
Tú estabas sólo y todo lo tenias preparado porque no esperabas visitas.
Yo llamé y luego entré.
Me lo confesaste.
Yo te dije, con la luna que hay ésta noche en el cielo ¿quieres marcharte?.
Tú contestaste ¡no le importo a nadie!.
Yo te dije, entonces ¿por qué estoy yo aquí? .
Tu te derrumbaste y comenzaste a llorar.
Yo te indiqué ¡mira ésa luna!.
Tú levantaste la mirada.
Yo dije ¡¡es la Luna de la vida y te dice que vivas!!.
Tú apoyaste tú cabeza en mi hombro.
Y hasta hoy (años después) sigues vivo en mi compañía.
Y la Luna nos acompaña en la distancia.
Que precioso relato Joaquín, conciso, nos adentras en la historia, hay tristeza, pánico,desesperación y una gran historia de amor, fenomenal eres buen escritor.Un abrazo.
Gracias por tu visita y por tus amables palabras Mercedes.
Un Fuerte Abrazo querida amiga 🙂 .
Un relato lleno de luz . Me encanta. Abrazos Joaquín. Elssa Ana
Gracias Ana un Fuerte Abrazo querida amiga 🙂 .
Muy bonito, Joaquín!!!
Un gran abrazo… 🙂 🙂
Muchas gracias María.
Un Fuerte Abrazo querida amiga 🙂
lo que hace una palabra en el momento justo.. abzos
Es verdad Rubén gracias por tu visita querido amigo.
Un Fuerte Abrazo 🙂 .
PRECIOSO RELATO, UN ABRAZO JOAQUIN
Gracias Lamberto por tu visita.
Un abrazo querido amigo 🙂 .