Había en un lugar del bosque una muchacha que tenia unas trenzas largas.
En un pueblo cercano había un muchacho enamorado de ella.
Un día llegó al lugar un joven príncipe con su séquito.
El vecino de la muchacha de las trenzas largas le había dicho:
¿Sabes una cosa? amo tus trenzas largas pero mucho más que a tus trenzas largas te amo a tí.
El príncipe se alojó en la posada de los padres de la muchacha de las trenzas largas.
Cuando el píncipe la vio le dijo ¡¡tienes las más bellas trenzas que jamás he visto y por ellas te quiero!! Vente conmigo y te haré mi esposa.
La muchacha de las trenzas largas le preguntó ¿me quieres por mis trenzas?.
Y el príncipe respondió ¡¡Sí!!.
Entonces ella rechazó su oferta.
Ahora a diario puede verse a la muchacha de las trenzas largas pasear con ése vecino que la quiere por sus trenzas y por ella misma.
Que bella historia, considero la elección fue acertada,hay que elegir a las personas por lo que son y tienen en su interior, sus valores no por lo que tienen o aparentan,hermoso escrito.Muchas gracias por brindarnos este disfrute Joaquín . Un beso con todo mi afecto
Gracias querida Mercedes por tu visita y comentario.
Un beso 🙂
Muy buen relato. Hay que mirar a las personas por su belleza interior y no porque sea guapa o guapo.
Buenas tardes amigo
Besicos 🙂
Gracias querida Aslaram por tu visita y tu comentario.
Un Fuerte Abrazo 🙂
No hay que enamorarse de lo que se ve, sino de lo que se adivina en el interior de una persona.
Besetes, Joaquin!
Gracias María por visitarme y dejar tu comentario.
Besetes querida amiga 🙂
LO QUE DEBE SR, UN ABRTZO JOAQUIN
Gracias Lamberto un abrazo 🙂 .